Sociedad: La política de “pan o palo”: los cuerpos policiales rurales. El impulso a la educación: la creación de las escuelas normales y escuelas de artes y oficios.
La política de “pan o palo” de Porfirio Díaz.
Los lazos de amistad fueron cimentados con el cemento del interés propio. Díaz unió política e interés, invistiendo concesiones, monopolios y posiciones de prestigio. Cada beneficiario de este sistema vino a ser un ardiente partidario de la paz y, por tanto, de la permanencia de Díaz en el poder. Una política establecida del dictador fue la de dividir y conquistar, jugar a individuo contra individuo, grupo contra grupo. De esta manera, Díaz evitó el desarrollo de una concentración de fuerza la cual hubiera podido desafiar su posición. Asimismo, las personas involucradas tendían a fortalecer a Díaz para poder obstruir a sus opositores, y la nación prefirió la retención de Díaz a tener alternativas desagradables e inclinadas a la disensión. Los rivales ambiciosos que se atrevieron abiertamente a oponerse a Díaz recibieron el tratamiento de “pan o palo”. La opción era aceptar recompensas materiales, usualmente con la pérdida de influencia política, o ser eliminado.
La influencia presidencial se extendió a las legislaturas estatales y más allá a las unidades de gobierno local. Los jefes políticos, subordinados al presidente o a sus gobernadores,absorbieron la autoridad de los gobiernos municipales. Díaz logró la paz en México generalmente consiguiéndola localmente en una nación esencialmente parroquial. Caciques locales y bandidos estaban enlazados al gobierno central al dárseles posiciones oficiales, las cuales los convirtieron en instrumentos del gobierno. La alternativa era la liquidación. El ejemplo superlativo de la conversión de bandido en policía fue la creación de los rurales, el conocido destacamento montado de la policía rural. La opresión legalmente autorizada suplantó al bandidaje irregular. México llegó a ser seguro para la gente apropiada. Al crecer el gobierno central en fuerza y prestigio, un mayor control pudo ser ejercitado sobre los tiranos menores que habían contribuido la obtención de su posición.
El personal militar irresponsable y ambicioso había sido uno de los mayores elementos de la turbulencia en la vida política mexicana. El dictador extrajo los colmillos de los militaristas al neutralizar su influencia y otorgándoles un interés personal dentro de su régimen. Los generales se convirtieron en hombres acaudalados apoyando a un gobierno generoso con concesiones económicas y subsidios a la tierra, o un gobierno dispuesto a tolerar el exceso de cuentas costosas por un comandante mientras le vendía provisiones a los Indios contra quienes él hacía campaña. Los comandantes que eran sospechosos de encendida ambición o aquellos que tenían la audacia de retar a Díaz fueron tratados severamente.
El impulso a la educación: la creación de las escuelas normales y escuelas de artes y oficios.
Regresar al pasado es analizar las practicas políticas, sociales, económicas y culturales que realizaron distintos actores para configurar el país las ideas, documentos, reuniones, proyectos que se pusieron en tela de juicio para ordenar a la nación. En este sentido analizar la política educativa en el siglo XIX y principios del XX lleva a detenernos a pensar quienes intervinieron en el proceso y principalmente cuál fue la finalidad. Sabemos que en esta etapa México pasaba por una de las peores crisis económicas debido a las constantes guerras extranjeras que dejó al país endeudado.
Con la restauración de la república se procuró ordenar las finanzas públicas y atender la educación, puesto que se consideró como herramienta necesaria para el progreso del país. Bien lo establece la ley de instrucción pública de 1867, una educación laica, gratuita y obligatoria que se estableciera en cada rincón de la nación mexicana. El trabajo fue arduo para el gobierno de Juárez, la creación de escuelas, la organización de los libros de texto representó para el país un intento en medio de la quiebra económica. Sin embargo, sus intereses y objetivos se vieron interrumpidos a su muerte.
Juárez no pudo terminar su proyecto de uniformar la enseñanza en todo el país, en cambio es Porfirio Díaz quien se encarga de atender la educación, a través de leyes y reglamentos, así como la organización de los congresos de instrucción. Para Díaz el elemento de orden y progreso que necesitaba México para crecer en todos los aspectos estaba en la educación.
Es por ello que se retoma el ideal positivista para instruir a los ciudadanos mexicanos, prepararlos de forma intelectual, físico y estético. Trato de implantarse este método como obra esencial de la época ya que a lo largo del siglo XIX la educación en Europa fue vista como medio para la prosperidad, en la igualdad política, preparación de hombres instruidos en diversos oficios que pudieran participar en las sociedades industrializadas. Esto a raíz de la revolución francesa y de la revolución inglesa.
No solo fueron los ideales positivistas sino también las nuevas prácticas y trabajos realizados por diversos pedagogos influyeron para que México adoptara los métodos para instruir a los ciudadanos. Las aportaciones de Pestalozzi y Federico Froebel fueron de relevancia para organizar la educación en México. Se habló de una pedagogía moderna que establecería las bases de una instrucción que cambiara mentalidades y actitudes.
Para ello Porfirio Díaz estableció la necesidad de educar al país para que existiera esa estabilidad económica y social, puesto que el objetivo se centró en ordenar la conciencia del mexicano a través de ese ideal. El reconocimiento internacional otorgado al Porfiriato permitió que el país avanzará en el aspecto económico y pudiera construir el sistema educativo.
De tal manera que se llevaron a cabo cuatro congresos de instrucción, el primero fue en 1882 denominado Congreso Higiénico Pedagógico celebrado en la ciudad de México donde participaron médicos y maestros, aquí se discutieron las condiciones higiénicas que debían llevar las escuelas primarias, cómo debía ser el mobiliario, los libros de textos y útiles escolares para no afectar la salud de los educandos. Las escuelas debían tener una buena ubicación y espacios en condiciones salubres.
La instrucción del alumno se enfocaría principalmente a la salud física más que a la intelectual y moral, es decir practicar ejercicios con la finalidad de desarrollar cada uno de los sentidos y cada una de las facultades. Durante esta etapa se dio prioridad atender las medidas higiénicas en las escuelas porque el contexto de la época lo requería además porque México no tenía una cultura de la limpieza.
Del mismo modo en 1889 se llevó a cabo el primer Congreso de Instrucción Pública, aquí se reunieron representantes de los estados con el gobierno federal, con el objetivo de intercambiar ideas, opiniones y posturas para lograr la unidad nacional. Fue necesario que los estados uniformaran sus reglamentos escolares con la intención de llevar al país al progreso a través de la educación.
Uno de los personajes principales en este congreso fue el papel de Enrique C. Rébsamen, se volvieron a retomar los puntos marcados por la ley de instrucción de 1888, una educación laica, obligatoria y gratuita, además de hacer mención de los materiales y métodos de enseñanza, la prioridad a la educación primaria, preparatoria y profesional.
Sin embargo, este congreso no fue suficiente para discutir sobre la uniformidad en la educación, fue necesario celebrar otro en 1889-1890. Aquí se pone atención en el laicismo, se postulaba respetar la libertad de conciencia y cultos. Asimismo, se hizo hincapié en la educación primaria que se recibiría de los seis a los doce años comprendiendo cuatro años escolares.
El plan de estudios especificaba el tipo de materia a cursar, entre ellas se encuentra: Instrucción moral y cívica, lengua nacional, lecciones de cosas, aritmética, ciencias físicas y naturales, geografía, historia, dibujo, canto, gimnasia y labores manuales para niñas. Del mismo modo se atendió la enseñanza preparatoria en la cual se adoptó el método científico excluyendo el elemento teológico o metafísico, y en la cuestión práctica estaban las escuelas de artes y oficios para adultos.
Al terminar el segundo congreso de instrucción se acordó celebrar uno cada tres años, por lo que en 1910 se organizó el tercer congreso nacional de educación primaria. Quienes participaron presentaron datos e informes de las estadísticas de escuelas y alumnos, así como los planes de estudio.
Con ello mismo sabemos que durante el porfiriato se dio prioridad atender la educación como medio primordial para el progreso económico y material del país, sin embargo, los discursos se basaron siempre en procurar llevar la instrucción pública en cada espacio lejano, muy a pesar de la desigualdad que existía en el territorio mexicano.
Al ser México un país heterogéneo y desigual el proyecto de alfabetizar a la población y conseguir la unidad nacional representó un reto para el gobierno porfirista, puesto que en la práctica la realidad mostró otra cara de la moneda. La situación política, económica y social de la época impedía avanzar en el proceso educativo, además de enfrentarse y convencer a una sociedad que en su mayor parte era rural.
El ideal de convertir a México en un país moderno y democrático a través de la instrucción pública no fue suficiente. El discurso se basó en la creación de escuelas y poner en prácticas los novedosos métodos de enseñanza. Sin embargo, la pobreza, la miseria y el desconocimiento de los padres de familia acerca del proyecto emanado por el gobierno federal fueron obstáculos para avanzar en el ámbito educativo, ya que muchas familias no mandaban a sus hijos a las escuelas por la falta de recursos económicos, y porque el niño debía ayudar en los trabajos del campo.
A pesar del interés de la creación de las escuelas normales para la preparación de maestros, la educación femenina tuvo un gran desarrollo. En cambio, conforme avanzaba el régimen se presentaron dificultades para el magisterio que estaba en zonas de pobreza y no percibían un buen salario. Por el cual esto también fue una limitante para avanzar en la educación.
Es de mencionarse que el proyecto del Porfiriato alcanzó una cobertura amplia debido a que es aquí donde surge el interés de poner en práctica los nuevos métodos pedagógicos, así como la creación de las escuelas y atención al profesorado. Las intenciones surgen en esta temporalidad, aunque no logran consolidarse establece la noción de educar a la población, son los posteriores gobiernos quienes retoman este proyecto de alfabetización, principalmente atender a las escuelas rurales, tan olvidadas por las primeras administraciones.
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